Una señora tenía un establo.
Había en ese momento una yegua en celo.
La señora no quería que el burro que tenía en el mismo establo la preñara.
Hizo algo que escuchó que evita físicamente que puedan preñarla: ponerle una sábana sobre el lomo, tan larga como para que llegue hasta el suelo por atrás y le tape el cuerpo, evitando cualquier posible penetración.
Se le perdió la yegüita y tras buscarla un buen rato sin frutos, empezó a preguntar a la gente si alguien había visto una yegua con una sábana sobre el lomo.
Tras una hora de búsqueda, una señora dice, “Fíjese, señora, no he visto una yegua con una sábana sobre el lomo, pero sí una yegua con un pañuelito asomándole por el culo!”